sábado, 6 de febrero de 2010

Poema al aire Gamma

“Caminamos por el buen camino
toma mi mano derecha, avancemos.
Construyamos la civilización.
Llamemos barbarie a lo que nos es ajeno”




Poema al aire Gamma

Sólo te pido, tierra,
una oportunidad
de volver a ser polvo.
De volver a ser, tierra,
fruto carnoso de tus venas,
piel interna en tu hierba.

Sólo continúo, tierra,
avanzando sobre ti
con la esperanza incierta
de pertenecer a tu estirpe
sabiendo que no es inútil
el camino hacia tu piel.

Pido mucho, tierra,
mas justo es el pago
por un eterno renacer de tu manto.

Sólo te pido, tierra,
que un día cualquiera
en que decidas seducirme
me permitas derrumbar
los muros civilizados
y adentrarme en tu pureza.

Que si sangre se derrama,
entre mis dedos, sobre ti,
me juzgues por el arma
y no por el fin.

Sólo te pido, tierra,
que si ganamos esta guerra
nos juzgues como piedras
y no como vencedores
pues si te ensuciamos, madre,
de muerte, necesitamos la pena.

Sólo te pido, tierra,
una pequeña parcela
donde pueda renacer mi suerte,
en vida, sobre ti.

Alguno Hernández

lunes, 25 de enero de 2010

Poema al aire Beta



Poema al aire beta

Es en esa parte en que no soy completamente yo
donde comienza el tedio a hervir
y se convierte en dolor, y me voy volviendo extraño
en un cuerpo desconocido, incompleto.

Es en esa parte cuando, extranjero, me desconozco
y sé que no comprendo pero intento comprender
lo que no está lleno, que está en mí
y que me es ajeno.

Es en esa parte donde puedo hallar un hueco
y esconderme para maldecir con rabia
e implotar y sentirme uno, y vivo,
sabiéndome inexacto.

Es en esa parte donde el eco se enriquece y lastima
y lastimo y no me encuentro.

Es en esa parte donde busco y me harto de silencio;
donde el vacío, que es ya mío, no me basta,
donde encuentro solamente lo que no quiero.

Es en esa parte donde grito y, lleno de rabia, odio
porque nada es justo y estuviste verdadera
y aquí seríamos perfectos.

Es en esta parte donde acabo porque nos sobró destino,
y te vas sola y me voy solo,
y porque simplemente no podemos.

Alguno Hernández

lunes, 18 de enero de 2010

LA PRINCESA TELARAÑA


Ella me conocía, me veía desde siempre. Yo, sabia que me acompañaba, sentía su presencia cuando me sumergía en lecturas profundas o cuando me preguntaba sobre la existencia primitiva.

El peor error de un hombre es pensar en ella. Preguntarse ¿Cómo puede ser? ¿Qué ocurrirá después? Nada puede ser peor que la profunda reflexión. Yo pensaba mucho en ella.

Muchos hablan de ella en voz baja, a escondidas, temerosos de ser escuchados. Pocos saben que es un chiste, una broma tan buena que terminas por morir de risa. Ella conoce cada gesto, todas las palabras las descifra, adivina el pensamiento.

Me vigilo toda la noche, camino a escondidas junto a mi por el parque, se posaba tras la puerta mientras cantaba muy bajo para que no adivinara su presencia; pero el frio de sus notas a todos nos dan miedo. Andaba de puntillas preparando su plan, preparando mi fin.

Esa noche no pude dormir, sabia que ella me vigilaba, para el amanecer tendría preparada una sorpresa. A falta de sueño caí en la meditación, en los recuerdos y la tristeza. Repase los textos incompletos, vi aromas, escuche colores. La noche paso blanca y llena de vida. Después, me vi solo; aburrido de este cuerpo que para siempre es el mismo.

Me olvide del mundo, abandone a las personas; solamente quería salir de esta carne que no me deja ser. Quería romper la condena de permanecer siempre igual.

Yo que fui rechazado, amado, odiado y herido me burlo del destino y desafío a la suerte. ¿Qué quieres de mi vida? ¿Me quieres envejecer? ¿Me quieres ver volar?...

Por la mañana supe de mi, agotado de insomnio deje que el mundo girara normalmente. Sin levantar sospecha permití que la rutina se alejara. Quería estar solo, a salvo de todos. Pero uno nunca esta solo, ella seguía ahí, esperando a que me levantara, saliera y así, poder llevar acabo su maléfico plan.

Nunca supe si fue un día nublado o caluroso, nunca supe como regresaría a mi tierra natal, no imagine el llanto ni la ceremonia.

Sin previo aviso me levante, cerré la puerta y tome la decisión que sabia seria la mas importante de mi vida. No querías testigos ni sangre; mucho menos algo vulgar. Soy un artista. Dispuse todo para la ocasión, quizás me vi en el espejo, quizás yo no era aquel que se reflejaba. No me sentí parte de esos movimientos. Mi alma no merece este monumento incompleto.

Prepare el escenario y los objetos, seria tan fácil; dejarse caer con fuerza y todo estará echo.

En ese momento algo se apodero de mi, los siguientes pasos fueron inconscientes, como si desde siempre hubiera sabido que hacer… ahora me doy cuenta de que fue ella, este era su plan. No hacia falta despedazarme afuera, solo tenia que esperar y ver como caía en su trampa.

Así fue como paso, me quedo sin aire y comprendo todo, me doy cuenta de que no hay vuelta atrás y entonces la veo venir. Traspasa la puerta. Se detiene frente a mi y me mira sonriente. Toma forma de niño, de viejo, de madre, de dios… y me asusto, nunca sentí tanto miedo.

Desesperado me pregunto ¿a quien culparan? ¿Qué intento demostrar? La vida es tan poca cosa. El cuerpo es tan simple.

Y entonces recuerdo a mi gente, mis sueños, mis anhelos futuros, el juego de niños, el viaje familiar, un amigo saludando. Las cosas que apestan y no valen la pena. Quiero gritar pero ya no hay fuerza, ya no hay garganta. Los ojos se apagan, los oídos censuran el sonido y mi cuerpo deja de luchar.

Ella ríe y se convierte en luz, todo el cuarto explota. Me toca con sus manos frías, manos de amor. Y entonces lo entiendo; no buscamos en la vida otra cosa que no sean motivos para vivir.

Yo quiero vivir; pero ya es tarde. Hoy me voy a casa. Me muero. Que pase mi nacimiento, que llegue mi cumpleaños. Quiero volver a empezar.

MEDINA CERON MARTIN

domingo, 17 de enero de 2010

RAPTO



Una tarde fría y gris, el viento soplaba remolineando y levantando las viejas hojas amarillas que los grandes árboles habían tirado. La calle parecía solitaria, algunos autos estacionados y un semáforo que no funciona porque los cables le fueron robados. En la acera contraria caminaban presurosamente un hombre y su mujer embarazada, provenían de la caja popular de media clase, acababan de recibir un premio cuantioso por su participación en grandes investigaciones científicas. Ella parecía un poco preocupada, en pocos días, nacería su primer hijo, al que llamarían como su abuelo.

De un auto lujoso bajaron dos hombres con el rostro oculto bajo pasamontañas, se deslizaron como sombras sin ruido detrás de la pareja, pronto sacaron unos sacos pequeños de color negro que pusieron en el rostro de cada uno de la pareja, los sometieron; la mujer se resistió y fue empujada brutalmente hacia el suelo y callo pecho tierra golpeándose el vientre provocando que el parto se adelantara; el auto se acerco, y los subieron a ambos, la mujer gritaba espantosamente, parecía que era el momento en que nacería su hijo; uno de los sospechosos quito el paño de la cara del hombre; una cara de gran sufrimiento y desesperación, una impotencia, una gran rabia, entonces lleno de euforia, le escupió a su secuestrador, este al sentir como la saliva le bajaba por la cara, se enojo y le dijo -mira maldito, esto te va a costar tu pinche vida- y disparo. Uno de sus compañeros lo regaño cuestionando el porqué lo había matado, aunque no escuchó respuesta alguna; rápidamente lo revisaron, cada bolsa de su pantalón y de su saco, no encontraron nada, estos individuos se enfurecieron al no encontrar nada; la mujer no cesaba de gritar, y cada grito era mas y mas intenso, uno de los maleantes cuestiono -¿Qué diablos voy hacer con este tipo?- entonces abrió la puerta y lo tiro mientras el auto viajaba a gran velocidad; cerro la puerta y dijeron a la mujer embaraza que se callara; uno de los hombres quito el paño del rostro de aquella mujer, reflejaba el dolor de dar a luz, mezclado con el ver a su esposo con un tiro en la frente que fue arrojado como basura. De pronto un secuestrador dijo con un gran grito, –ya cállate pinche vieja- y disparo, asesinando a la mujer, los hombres rápidamente revisaron el cuerpo, entre sus ropas guardaba una fuerte cantidad de dinero y sonrieron y de igual forma la arrojaron; el auto se detuvo, ya habrían recorrido más de 30 kilómetros del lugar del rapto; una zona boscosa era el paisaje que presencio otra más de las locuras de estos individuos, no conformes con haber robado y asesinado a una pareja, haberlos tirado por el camino; ahora se percataron de que un nuevo pasajero los acompañaba, era un bebe muy lindo aunque todo lleno de placenta, decidieron dejarlo abandonado a su suerte y después huyeron con el motín y nadie supo quienes fueron Los autores de tan vil acontecimiento. Del niño no sabemos si sobrevivió o murió, pero es muy seguro que nadie lo encontró porque así son los crímenes en esta ciudad; por lo regular, quedan impunes.


-JJJCHV-

MI NIÑA QUERIDA

¡Ay! Juana María,
pienso en ti de noche y de día,,.
haces que mi ser sonría,
porque mi amor en ti confía.

De todas las estrellas del universo,
para ti es siempre mi verso;
limpio, sincero y terso,
como nuestro amor en un beso...

Te voy alcanzar
oh, estrella lejana y hermosa
y siempre te voy a amar,
con sinceridad mi niña cariñosa...

No dejo de pensarte,
sueño mi vida darte,
y siempre amarte,
haciendo arte,
mágicos sueños sensuales,
que buscan refugio en ti
tímidos cálidos y casuales,
para entregarte todo de mi....

Yo te amo, y te quiero,
y eso no lo puedo negar,
de todas a ti te prefiero,
para poderte mi amor regalar....

cuídalo y protégelo,
yo cuidare de tu amor,
con fiero recelo,
perderte, es mi temor....

Nunca me olvides corazón
ni juegues con mis sentimientos,
yo te amo con loca pasión;
y no me dejes con sufrimientos...

Oh amor de mi vida,
gracias a ti puedo cantar
eres mi niña querida,
la que por siempre quiero amar.....,

-JJJCHV-